miércoles, 28 de marzo de 2012

"Los Juegos del Hambre": El show de los oprimidos

La realidad es engañosa en su superficie, así como algunas películas lo son cuando hay una maquinaria publicitaria extremadamente fuerte detrás de ellas. Este es el caso de LOS JUEGOS DEL HAMBRE (THE HUNGER GAMES), aparentemente una película más basada en una de esas exitosas e insustanciales novelas para público adolescente que, al llegar a la pantalla grande, recibe todo tipo de pifias por parte de críticos y cinéfilos.
Afortunadamente, el filme de Gary Ross no es adaptación de un material hueco y tampoco una saeta con la única misión de romper los récords de taquilla. Es, más bien, una parábola futurista de sabor amargo que enfrenta a los enemigos eternos de la jerarquía social: el oprimido y el sistema opresor.

Así, LOS JUEGOS DEL HAMBRE se constituye como un macabro reality televisivo de visión obligada producido por la ciudad de Capitol, el poderoso centro del ficticio país de Panem. Pero este show no es sólo un mero entretenimiento, sino un recordatorio para los doce distritos que conforman la nación de que la rebelión contra su capital puede acarrearle nefastas consecuencias como la destrucción del otrora existente Distrito 13. De esta manera, los 12 distritos tendrán que ofrecer anualmente a dos jóvenes -hombre y mujer- como tributos para participar en los citados juegos, en los que sólo un saldrá con vida.

En este sentido, se describe en líneas generales el conflicto de LOS JUEGOS DEL HAMBRE, y poco a poco se introduce el personaje de Katniss Everdeen, una adolescente que se dedica a la caza para salvar a su familia del hambre y que termina ofreciéndose a sí misma como tributo para salvar de una muerte segura a su hermana menor Primrose.

Esta breve descripción y la pública declaración de amor por parte del otro tributo, serán el punto de partida para convertir a Katniss en una de las "favoritas" para ganar los juegos, y para poner en marcha una maquinaria mediática que alimentará el morbo creciente de una audiencia que disfruta con la tragedia, el sufrimiento y la muerte de cada uno de los participantes.

Un punto a destacar es la elección de la talentosa Jennifer Lawrence en el papel de la heroína Katniss, personaje que logra mantener en vilo a los espectadores en cada una de sus apariciones, perfectamente complementadas con un reparto de actores jóvenes (Josh Hutcherson, Willow Shields y Amandla Stenberg) y otros más experimentados (Stanley Tucci, Woody Harrelson), que otorgan los tonos sombríos de la vida dura en los distritos y lo chirriante del lujo y el exceso de la capital.
Con un diseño de producción exquisito y caprichoso y una horda de efectos visuales y de maquillaje muy logrados, LOS JUEGOS DEL HAMBRE es el estreno del circuito comercial más impactante en lo que va del 2012, pero también es una de las películas más metafóricas y profundas inspiradas en el mundo actual y la manipulación de los medios para ofrecer la pobreza como parte de un espectáculo maquiavélico cuyos engranajes están dispuestos a distraer a la masa de asuntos más relevantes, en este caso, la concepción de una rebelión contra el sistema y el punto final de su circo romano.

Mi calificación: 8.8 de 10