jueves, 3 de febrero de 2011

"El Cisne Negro": Maldita (im)perfección

Cuando Darren Aronofsky saltó a las ligas mayores con el inolvidable y retorcido acertijo titulado PI (1998), muchos afirmaban que se encontraban ante uno de los directores que, de una u otra manera, iba a darle un nuevo respiro a la decandente industria de Hollywood. No se equivocaron. Con el pasar del tiempo, el talento del neoyorkino y su gusto por presentar propuestas riesgosas se ratificaron con los estrenos de RÉQUIEM POR UN SUEÑO, LA FUENTE DE LA VIDA y EL LUCHADOR, aplaudidas en su momento por críticos y cinéfilos.

Sin embargo, es EL CISNE NEGRO la película que marca un antes y un después en la carrera de este prolífico cineasta. Y no me limito a la cantidad de premios que está cosechando -los cuales se los merece, dicho sea de paso-, sino a la capacidad de sintetizar en una sola obra los elementos conocidos de su cinematografía como sus personajes perturbados y las situaciones límite que atraviesan para llegar a la redención o terminar de hundirse.

En este sentido, Aronofsky no pudo elegir un mejor escenario para infundir el miedo que una compañía de ballet que prepara una adaptación del clásico "El Lago de los Cisnes" para salvarse del cierre definitivo y, de esta manera, nos introduce al mundo interior de Nina Sayers, una destacada bailarina que tendrá el reto de interpretar al angelical Cisne Blanco como a su malévola contraparte, el Cisne Negro que da título a la película.

Si bien el perfil preliminar -es decir, la fase inocente- del personaje principal le cae como anillo al dedo a Natalie Portman, el espectáculo de EL CISNE NEGRO se concentra en la transformación y en la paulatina destrucción que enfrenta la joven en su búsqueda por lograr no sólo reemplazar a una bailarina retirada (una breve pero brillante intervención de Winona Ryder), sino por descubrir un lado de su personalidad que no ha sido explotado.

Es en este punto donde los personajes de Lili (una bailarina liberal) y Erica (la represiva madre) cumplen con complementar y reflejar, cada una a su manera, la dualidad psicológica que irá exhibiendo la protagonista conforme avanza el metraje, y que se simboliza mediante una fotografía que juega con los tonos blancos y negros para acentuar la elegancia de una clásica puesta en escena y la perturbadora transformación de lo dulce a lo lascivo, que se juntan en el rojo de una noche de discoteca.

Si hay un gran logro a destacar aparte de la formidable interpretación de Natalie Portman y los acompañamientos de Mila Kunis y Barbara Hershey -que recuerdan la tortuosa relación de madre e hija en CARRIE, de Brian de Palma-, ese es el tratamiento austero y exacto para cada una de las escenas, sobre todo en un guion meticuloso que, al estilo de RÉQUIEM POR UN SUEÑO y EL LUCHADOR, destaca la ascendiente locura de Nina que la llevará a una metamorfosis que terminará por consumirla.


Con EL CISNE NEGRO, también queda confirmada la versatilidad de Natalie Portman, quien ofrece un espectáculo completamente perturbardor en el que, a mi parecer, es el papel de su carrera. Se dice que cualquier bailarina haría lo que sea por tener el rol protagónico en "El Lago de los Cisnes". Pero cualquier actriz también haría lo mismo para lograr la excelencia de Natalie. Aplausos y abajo el telón.

Mi calificación: 9.6 de 10

1 comentario:

  1. Me gusto mucho la película (no se si “mucho” pero me gusto) definitivamente la actuación de portman es fantástica y si a eso le sumamos el uso del ballet más conocido del planeta como nudo del argumento, entonces tenemos un gancho seductor importante. Si me parece que hay algo forzado que cae en el cliché. Sin embargo, siguiendo el trabajo del personaje y sus transformaciones psicológicas… me parece bien lograda la manera como se articula la sexualidad con la psicosis. Por lo demás es una peli interesante con varios puntos fuertes he intensa. Escala de puntuación 8 jejeje.
    Joseph M.N.

    ResponderEliminar