1. Revisa la cartelera en el periódico, en Internet o en las inmediaciones del cine, y escoge el título que mueres por ver. Nunca te pongas a pensar o a discutir en la cola donde se paga las entradas, peor aún si llevas gente contigo. Y eso sí, asegúrate de que la película escogida no va a herir la susceptibilidad de tu acompañante. Por ejemplo, a un cardiaco o a un niño no los puedes llevar a ver algún filme en el que las vísceras vuelan, ni a una tía religiosa someterla cada cinco minutos a escenas picantes.
2. Evita ir con bebés. La entrada en estos casos le puede salir gratis a tu niño(a), pero podrías pagar caro tu imprudencia. ¿Por qué? Porque si se despierta -que lamentablemente es lo usual- su desafinada garganta te va a arruinar la película al igual que a todos los demás que no tenemos la culpa de tus ansias por poblar el mundo. Si es imposible dejar a tu critter en casa, puedes llevarlo al cine siempre y cuando le hayas dado una buena dosis de Diazepam.
3. Entra al baño antes o después de la entrada a la sala. Nunca salgas en medio de la proyección. Nadie paga para ver tu esbelta silueta.
4. No comas demasiado. Está bien que la duración de la película o algunas escenas te puedan dar hambre, pero es desagradable que te pongas a masticar la canchita como si fueras vaca o que hagas ruido cuando tomas tu gaseosa o, peor aún, que lances un poco discreto eructo después de tragar un hot dog. Si se te acaba la comida, no te pares hasta que enciendan las luces.
5. Apaga el celular. Si no lo quieres hacer, al menos pónlo en modo de silencio y con vibrador. Contesta sólo los mensajes, y si tienes una llamada urgente, puedes contestar en voz baja. Si tu equipo es de aquellos que tienen radio incorporado, apágalo sí o sí.
6. Nunca hagas comentarios de la película mientras la estás viendo. Guárdatelos para el tiempo que pasen los créditos o para cuando estés fuera de la sala.
7. Por ningún motivo te tomes fotos con tu flaca, tu peor-es-nada o tus amiguitos mientras la película está en marcha. Se puede entender tu romanticismo o el hecho de que quieras registrar las emociones de tu grupo, pero tu idiotez no tiene perdón. Además podrías ganarte insultos de grueso calibre o algún golpe que no te dejaría bien parado.
8. Trata de ir completamente sano(a). Tú ya sabes: los estornudos y sus viscosos derivados no sólo son una molestia, sino el inicio de una cadena de enfermos involuntarios.
¿Algún otro consejo? Se aceptan propuestas.
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