"Sexo en la Ciudad 2": La tortura del taco aguja

Sexo en la ciudad fue un verdadero boom televisivo que mezclaba con muy buen gusto las situaciones dramáticas de cuatro mujeres en la cosmopolita Nueva York. Reflexiva, cómica, sarcástica, cínica y polémica. Esos calificativos mantuvo la serie a lo largo de seis años y se convirtió en un referente cultural de la década pasada.

Sin embargo, la primera película de Sexo en la ciudad no fue lo mismo a pesar de que el director Michael Patrick King -quien había llevado la batuta en diez capítulos de la serie-conservó al elenco protagonista. No parecía un episodio más, sino uno mal hecho.

Sexo en la Ciudad 2 es el tiro de gracia que se necesitaba para aniquilar de una vez por todas el buen recuerdo que Carrie, Samantha, Charlotte y Miranda nos dejaron en la televisión. ¿La excusa de esta nueva reunión? El matrimonio de dos amigos gays y una escapada del cuarteto al exótico Oriente Medio, en donde las relaciones aparentemente estables se pondrán en peligro frente a las sorpresas que les depara el territorio desconocido.

¿Qué podemos rescatar de esta atarantada secuela? ¿El guión? No, pues se nota a leguas que lo escribieron a la volada. ¿Las escenas cómicas? Sinceramente, no hay nada que no hayamos visto o en la serie o en la fallida primera película. ¿Actuaciones? Sarah Jessica Parker, Kim Cattrall, Kristin Davis y Cynthia Nixon podrán conocer muy bien a sus personajes, pero ya se les nota cansadas y demasiado caricaturescas. ¿La provocación? Tampoco, este elemento que era la esencia del show televisivo se asoma tímidamente en la escena en que Carrie y Mr. Big ven Sucedió una noche en la TV, y obviamente no es mérito de la película.
Sexo en la Ciudad 2 funciona únicamente como una pasarela para exhibir los variados diseños de Patricia Field, la encargada del vestuario. En pocas palabras, es una buena opción para que las chicas se inspiren minutos antes de hacer shopping. Por lo demás, es totalmente prescindible.

Mi calificación: 1.4 de 10