viernes, 14 de mayo de 2010

Colección de clichés (I): Balas y balazos

Los clichés son esos elementos repetidos hasta en hartazgo en las películas de Hollywood -y de otros lares también-, pero que tienen el particular poder de dividir al público en dos: a algunos cansan y a otros encantan.

Hoy doy inicio a la Colección de clichés de La Rata Cinéfila, y aquí van los cinco primeros.

El tiempo bala

La culpa la tiene Matrix. Después de que Neo esquivara balas en cámara lenta, la mayoría de películas de acción han hecho uso del artificio. Y ahora eso no pasa sólo con las balas, sino también con cuchillos y otro tipo de armas que puedan lanzarse al contrincante. Lara Croft y los Ángeles de Charlie pueden dar fe de que el truco funciona.

Los malos tienen pésima puntería

No importa que hayan sido entrenados por el ser más perverso de la galaxia y que usen metralletas, bazucas, revólveres: nunca lograrán borrar del mapa al héroe. Pero si por obra y gracia del guionista alguno de los chicos malos logra alcanzar su objetivo, sucederá lo que describo a continuación.

Una bala en el pecho no mata al héroe

Porque si hay algo que diferencia al héroe del villano, es que el héroe tiene todo a su favor, incluso a la misma suerte. Un platito de metal o una ciruela seca en el bolsillo pueden impedir que los malvados logren sus perversos planes.

El villano puede usar el cuerpo de su compañero como chaleco antibalas
No se necesita más explicación. Cuando el malo se ve en peligro, se olvida de lo buenos que son sus secuaces y no tiene reparos en sacrificarlos con tal de salvar su pellejo.


Las municiones nunca están cuando más se las necesitan

Algunos buenos realmente la pasan mal, sobre todo aquellos que tienen algún arma y están a punto de ser víctimas de asesinos en serie, zombies, extraterrestres o hambrientas alimañas. Cuando parezca que el disparo ha vencido al verdugo, éste se levantará y su víctima se dará cuenta de que le espera una muerte segura porque se quedó sin una sola bala. Y si el personaje aún tiene balas, será acorralado a tal punto que ya no podrá moverse y no tendrá más salida que entregarse a la muerte.

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